Hoy en La Verdad se publica un artículo en el que se pretende demostrar que se genera cierta incertidumbre nada positiva entre los aficionados cuando Paco Gómez lleva a cabo operaciones como la que parece que está llevando en Oviedo. Para ello, entre las opiniones de varios aficionados, Francisco J. Moya ha publicado unas palabras mías en las que le quito hierro al asunto, y que considero bastante fieles a lo que le expresé cuando me llamó para preguntarme.

Unicamente me gustaría añadir/aclarar (a mí, que he arremetido contra el Presidente en muchas otras ocasiones) que me parece buena la intención del periodista de demostrar la poca consistencia de la estructura del fútbol en la ciudad y de que las actuaciones de Paco Gómez no pasan desapercibidas entre los aficionados, y tienen consecuencias en su estado de ánimo pues hay que saber valorar y respetar la opinión de la afición soberana si queremos crecer como entidad. Ahora bien, no me parece que la afición deba estar asustada (de hecho yo creo que no lo está) ni especialmente enfadada con Paco Gómez a causa de sus últimos movimientos. Ha tenido salidas de tono mucho más graves, que requerían la enérgica repulsa de todos tiempo atrás y nadie dijo nada (o muy pocos). No veo por qué sus coqueteos con el Real Oviedo deben indignar a nadie conociendo ya el percal.

Respecto al futuro y el miedo a lo que pueda venir después de este año...Paco Gómez dijo que venía para cuatro años y estamos enfilando el final del cuarto. O sea, no es nueva la posibilidad de que se vaya, si es que no se asciende. Pero es que además no me parece el momento de abrir ese melón cuando de lo que hay que estar preocupados es del futuro inmediato de un club que marcha fenomenal en lo deportivo y necesita estabilidad (no de revueltas de ningún tipo) para que este sea, por fín, el año del ascenso. Ya llegará el momento de debatir el futuro.