El FC Cartagena condenado a pagar 325.000 Euros
Indignación en el seno del FC Cartagena, y en el de la afición, tras conocerse la sentencia por la cual un juzgado de Sevilla ha condenado al club blanquinegro a abonar 325.000 Eurazos a la Seguridad Social como resolución a la demanda presentada por el ex-jugador César Esteban que "militó" en el Cartagonova de Oliver en la temporada 2002-2003.
Dicho jugador solicitó la incapacidad total tras lesionarse (presuntamente) de gravedad en un entrenamiento con el Cartagonova en la pretemporada de aquel año, por lo cual no llegó a disputar ningún partido oficial con la elástica blanquinegra, siendo más tarde despedido improcedentemente por la directiva de Oliver que sostenía que el jugador ya venía lesionado de su club de origen. Pese a que existían indicios que apuntaban a que esta última hipótesis era cierta, la dejadez y el desconcierto que reinaban en el Cartagonova FC propiciaron que se actuara torpemente rescindiendo el contrato (para colmo hinchado económicamente) del jugador en lugar de llegar a un acuerdo con el mismo o, incluso, probar que mentía. Una vez que el jugador denunció, tampoco ayudó demasiado el testimonio de algún miembro del cuerpo médico de entonces, que declaró en contra del club y a favor del jugador creyendo, seguramente, que perjudicaba a Oliver cuando estaba, en realidad, perjudicando al propio Cartagonova (hoy FC Cartagena).
Sólo me resta dar ánimos a nuestro Presidente ante este nuevo varapalo y desear a todos y cada uno de los que han actuado de mala fe en este asunto, que la vida les depare lo que se merecen. Que así sea.
Dicho jugador solicitó la incapacidad total tras lesionarse (presuntamente) de gravedad en un entrenamiento con el Cartagonova en la pretemporada de aquel año, por lo cual no llegó a disputar ningún partido oficial con la elástica blanquinegra, siendo más tarde despedido improcedentemente por la directiva de Oliver que sostenía que el jugador ya venía lesionado de su club de origen. Pese a que existían indicios que apuntaban a que esta última hipótesis era cierta, la dejadez y el desconcierto que reinaban en el Cartagonova FC propiciaron que se actuara torpemente rescindiendo el contrato (para colmo hinchado económicamente) del jugador en lugar de llegar a un acuerdo con el mismo o, incluso, probar que mentía. Una vez que el jugador denunció, tampoco ayudó demasiado el testimonio de algún miembro del cuerpo médico de entonces, que declaró en contra del club y a favor del jugador creyendo, seguramente, que perjudicaba a Oliver cuando estaba, en realidad, perjudicando al propio Cartagonova (hoy FC Cartagena).
Sólo me resta dar ánimos a nuestro Presidente ante este nuevo varapalo y desear a todos y cada uno de los que han actuado de mala fe en este asunto, que la vida les depare lo que se merecen. Que así sea.