Leo y observo que los enfados de Xavi Molist, relacionados con sus cambios de posición en el terreno de juego y sus prematuras salidas del mismo (a pesar de ser el máximo goleador), tienen hueco en la información de los periódicos y comentarios de los foros a pesar del seísmo institucional que azota la casa blanquinegra. Incluso se ha llegado a decir que otea el horizonte a la búsqueda de otro equipo que le asegure la titularidad con la que seguir aumentando su cuenta transformadora.

Está claro que Xavi es un profesional de esto, que se ha visto enrachado en la parcela goleadora, y ha convertido en obsesión el no desperdiciar la más mínima oportunidad para firmar una cifra redonda de goles a final de temporada. Por eso se enfada tanto cuando lo vuelcan a una banda (donde se convierte en un jugador menos efectivo de cara puerta) o lo retiran del terreno de juego demasiado pronto a su entender. Está harto y es de fuerte carácter. Un fuerte carácter del que el Cartagena se aprovecha cuando lo utiliza correctamente.

Muchos se preguntan cómo es posible que Xavi piense tan egoístamente en unos momentos en los que la institución necesita del compromiso y el sacrificio de todos para mantener la estabilidad. Yo sí lo entiendo. La respuesta es que Molist sólo piensa en el fútbol; es un ganador. En los equipos en los que ha estado sólo se ha preocupado de marcar goles y hacer bien su trabajo. Definitivamente no es esa clase de jugador que sigue atentamente la actualidad del club para el que trabaja más allá del rectángulo de juego (probablemente, porque nunca se ha tenido que preocupar de ello) y aún así, nadie puede tener queja de su rendimiento ni de su profesionalidad.

Ahora le toca asumir que ha venido a un club "diferente", con una estructura muy débil, en el que las sacudidas institucionales pueden jugar muy malas pasadas y se requiere del esfuerzo de todos, incluido él. Ahora sus compañeros y los aficionados necesitamos también su profesionalidad y compromiso fuera del rectángulo de juego. Y Xavi lo dará porque es un superclase. Si no no sería mi jugador preferido del FC Cartagena.