El FC Cartagena disputó ayer su primer partido de pretemporada frente al histórico "Efesé". La superioridad del equipo de Alcoy fue evidente y manifiesta durante todo el partido (especialmente en la primera mitad en la que se consiguió un parcial de 7-0). La alineación titular fue: Alejandro en la portería, con Leo, Charcos, Lusarreta y Cabrejo en defensa; Platas y Mariano (1) en el centro del campo, Koeman (1), Sivori (2) y Carmona (2) en la media punta, y Molist (2) como delantero centro. Después también jugarían Oscar, Orlando, Curro, Ormazábal, Hector y Jose Rubén (1).

La superioridad física fue abrumadora y llamaba la atención ver a los jugadores del FC Cartagena con un pulsómetro en su muñeca (imagino que se le pediría permiso al colegiado). Tampoco se pueden extraer muchas más conclusiones teniendo en cuenta la endeblez del rival y que el equipo sólo se le da un aire al que será de la partida en la primera jornada de liga. Destacaron, eso sí, Carmona y Sivo. Por cierto, ahora que he visto la camiseta nueva de cerca me reafirmo en que no transmite nada y es bastante vulgar. El próximo domingo, a las 20:00 en Rojales tendrá lugar el próximo bolo veraniego del Cartagena contra el equipo de aquella localidad.

Por el Campo de Golf se comentó el rumor surgido recientemente de que el equipo de Marsá, Granada 74 (antiguo Ciudad de Murcia) recalará en Cartagena en las próximas horas tras su periplo infructuoso en busca de sede por Granada, Motril, Linares o Toledo. Personalmente me extrañaba que no se hubiera hablado antes de esta posibilidad teniendo en cuenta que el Club en cuestión sigue inscrito en la Federación Murciana y que, por ejemplo, el reciente cambio de sede del Figueras a Castelldefels se ha llevado a cabo también dentro de la misma territorial.

De llevarse a cabo la operación, y conociendo el percal, supondría un duro golpe para el actual FC Cartagena cuyos fieles de verdad, seamos francos, no llenarían ni una sala de cine de las de arte y ensayo. En cualquier lugar medio serio un club sin arraigo que viniera a hacerle sombra al equipo de la ciudad sería echado literalmente a patadas pero... en Cartagena todo puede pasar. No en vano, el aficionado cartagenero medio ha demostrado en los últimos tiempos que padece una alarmante crisis de valores que, igual que le hace tragar con la forma actual de dirigir el Club sin rechistar, puede llevarlo ¿por qué no? a cambiarse de chaqueta sin demasiados prejuicios. Sería cuando menos curioso que la apatía e indolencia de los aficionados cartageneros (la misma de la que se ha valido Gómez para faltarles al respeto y hacer lo que le ha venido en gana sin que nadie le pare los pies) se volviera ahora en contra del de Jacarilla.

Naturalmente, aunque confieso que deleita mi imaginación pensar en la cara que pondría Gómez si todo esto fuera verdad, el caso es que no me compensa lo suficiente como para desear que suceda en serio (romántico que es uno); así que me declaro absolutamente en contra de darle la más mínima oportunidad de éxito a ese atentado contra el verdadero espíritu del deporte en general, y del fútbol (y el cariño por unos colores) en particular.

Hablando en plata; que se lo metan por el culo.