Pues al final lo han conseguido; han elegido, a mi juicio, la peor de las opciones: Adelantar el partido contra el Aguilas a las 12:30 del domingo y, para colmo, sin televisión de por medio.

Es decir, nos bajamos los pantalones por culpa de los señoritos que tienen el corazón dividido y dudan entre ir al Pabellón o al Estadio; y, de paso, les pegamos una estocada en pleno hígado a esos cartageneros que sí tienen claro que su único equipo (o el más importante) es el Cartagena, y no van a poder verlo esta jornada por el cambio de horario. Estupendo.

Tengo claro que desde el club se ha tomado esta determinación pensando en hacer lo políticamente correcto y quedar bien con todo el mundo; y, seguramente, incluso en la creencia de que le hacen un favor al aficionado de a pie que podrá presenciar ambos encuentros. Nada más lejos de la realidad; no podían haberle ocasionado mayor perjuicio a la institución y a los verdaderos aficionados del Cartagena pues, sin quererlo, han tomado una decisión que nos impide crecer a todos.

Además lo voy a decir claro: Para mí que haya mil (o un millón) de aficionados agradecidos porque se les hubiera puesto en un compromiso si tenían que elegir entre ver un equipo o ver a otro, no compensa que haya una sóla persona aficionada al Cartagena (y sólamente al Cartagena) que se quede sin ver el partido por culpa del cambio de horario. También diré alto y claro que Alcoy, o quien quiera que haya tomado la decisión de adelantar el partido, no se hubiera atrevido jamás a hacer lo mismo en cualquier otra plaza donde la afición guarde un poco de respeto para sí misma o el club de fútbol sea una institución medio decente, como aspiramos que algún día sea el Cartagena. ¿Alguién se imagina al Real Murcia cambiando el horario de un partido porque coincide con el del Pozo? ¿A que no?

Por lo tanto, todo aquel aficionado blanquinegro que el domingo 10 de diciembre no pueda ir a ver a su Efesé porque juega por la mañana tendrá toda la razón del mundo en sentirse estafado y ninguneado por quienes rigen el club de sus desvelos. Lo que ha hecho el Cartagena no ha de juzgarse con ligereza pues ha dado prioridad a los intereses de aquellos que tienen dudas a la hora de dar su apoyo a nuestro equipo o a otro club, frente a muchos que jamás han albergado ni albergarán esa duda ante similar tesitura. Sinceramente, pienso que los incondicionales del Cartagena merecemos ser algo más orgullosos y que se nos tenga algo más de respeto, si no por parte de TVE o la Liga Nacional de Fútbol Sala (que a mí me importan un pimiento) sí al menos por parte del resto de abonados que comparten afición con el Fútbol Sala y, sobre todo, por parte de nuestro propio club que es el responsable último y principal del horario establecido.

La última vez que se tomó una decisión parecida para que "to er mundo" pudiera ir "a tos laos" fue el día de la eliminación frente al Vecindario. Creo que todos recordarán cómo quedó el Polaris en Murcia y el Cartagena en casa. No digo más.