El diario La Verdad sigue adelante con su formidable investigación acerca de lo que verdaderamente ocurrió en el club para que Torrecilla (secretario técnico) y Amaral (entrenador) hayan dejado de pertenecer a la disciplina blanquinegra con apenas cuatro días de diferencia entre sus dimisiones.

Este periódico y sus fuentes hablan de que "alguien" del club hacía imposible en el día a día (y presumiblemente desde principio de temporada) el trabajo de Amaral y Torrecilla (y por lo tanto perjudicaba la buena marcha del FC Cartagena), lo que habría ido llenando la medida de estos dos últimos hasta colmarse con los acontecimientos de "la gran mentira" del caso Abel. (jugador procedente de la UD Salamanca que apenas llegó a estar 5 días entrenando tras surgir las dudas sobre su estado físico).

Ese alguien sería quien habría aprovechado los contactos de Torrecilla con el Salamanca de cara a su propia incorporación al club charro en el futuro, para tenderle una trampa y dejarlo en evidencia delante de Paco Gómez, sugiriéndole al máximo mandatario blanquinegro la idea de que Torrecilla intentaba beneficiar a su futuro equipo trayendo un jugador lesionado del mismo. El informe de la polémica, el que decía que ese jugador corría gran riesgo de lesión y sirvió de argumento en contra de Torrecilla, lo firmaba Genaro Zapata. De nada sirvió que el míster Amaral avalara el fichaje de Abel (y el trabajo de su Director Deportivo) comprometiéndose por escrito a pagar de su bolsillo el sueldo del jugador si éste se lesionaba realmente, porque el Presidente (sensibilizado por el reciente caso de César Esteban y molesto con Torrecilla por sus contactos con el Salamanca) había optado por hacer caso al enemigo de ambos y obligó a Torrecilla a dimitir.

Tras esta injusticia Amaral no se sentía con fuerzas para seguir adelante según las fuentes de este periódico. Ello unido, seguramente, a la propia dignidad del tinerfeño, que había visto como el Presidente había confiado más en correveidiles de turno que en él mismo, acabó llevándolo a tomar la decisión de dimitir.

Y digo yo que si toda esta historia es cierta, que parece que sí...:

1. Está claro que el enemigo de Torrecilla y Amaral es una rata de cloaca que ha jodido bien al FC Cartagena porque le importa una mierda.

2. Que esa rata tiene poder suficiente en el club para contradecir la opinión de Amaral y Torrecilla y ser creído por el Presidente.

3. Que tiene que haber más de una rata, supuesto que en la información de La Verdad se cita a una segunda persona que reía junto a la primera el día de la dimisión de Torrecilla.

4. Que cada uno podemos tener nuestra opinión sobre si Amaral debió aguantar o dimitir (yo hubiera hecho lo mismo que él) pero lo que está claro es que el tinerfeño no es una rata por huir. Las ratas son otros.

5. Una vez se ha producido la dimisión de Amaral, es urgente la "desratización" en el FC Cartagena si no queremos que sigan llegando buenos profesionales al Cartagena y terminen yéndose hartos de no poder realizar su trabajo en condiciones.

6. El impulsivo (pero no malintencionado) carácter de Paco Gómez le ha jugado una mala pasada al FC Cartagena. La rata (malintencionada) se ha aprovechado de ese carácter para lograr sus propósitos.

7. Si Paco Gómez hubiera aceptado, no ya la palabra, sino incluso la garantía por escrito de Amaral, de que si el jugador se lesionaba él mismo le pagaría su sueldo, Amaral y Torrecilla seguirían en el Cartagena y nada de esto habría ocurrido. Luego, Paco Gómez también tiene parte de culpa. En ningún caso hubiera perdido con el fichaje de Abel.

8. Gracias a Francisco J. Moya (periodista de La Verdad) por su valentía.

9. Por último, después de toda esta historia es urgente que Paco Gómez le de explicaciones a los aficionados.