Hoy toca San Pedro del Pinatar. Otros días es el Pilar de la Horadada, La Manga, El Polígono, o cualquier pueblo que tenga unas instalaciones medio decentes que Cartagena no tiene. Bochornoso, lamentable y mil veces criticable se me antoja la falta de infraestructuras deportivas en esta bendita ciudad.

Cada cierto tiempo se remueve el tema en este blog y otros foros o portales pero los que tienen que solucionarlo, a pesar de que lo leen, se lo pasan por el forro. Total, lo de exigir soluciones es cosa de cuatro chalados que no tienen otra cosa mejor que hacer ¿verdad?. Año tras año nuestro club acoge a profesionales llegados de diferentes partes del país que, aunque no lo manifiestan públicamente, estoy seguro de que se sonrojan al comprobar las condiciones en las que tienen que entrenar. Digo yo que les debe fastidiar ir de prestado por esos campos de Dios, cuya localización a veces tienen que ir preguntando al transeunte de turno, dando la sensación de ser el equipo pedigüeño de una ciudad donde sus políticos no hacen los deberes y todo está hecho un asco.

Cualquiera en otra ciudad juega las pachangas con sus amigos en campos mucho mejores que donde entrena el FC Cartagena. Eso ocurre en ciudades medio normales donde no se cargan campos de fútbol para sustituirlos por parques y, si lo hacen, tienen la decencia de construir uno nuevo; donde la construcción de un pabellón de deportes no supone una travesía por el desierto que dura lustros y que, en el colmo del disparate, sirve para sacar pecho cuando lo único que hay a día de hoy es un hoyo al lado de una carretera. ¿Pero cómo puede alguien presumir de la construcción del citado pabellón después de lo que ha llovido en lugar de esconderse en su casa y retirarse de la política de por vida? Francamente, no lo sé.

Es que ni un puto campo de césped artificial, oiga. Es que ni Pabellones libres para que la gente joven pueda hacer deporte. Por no hablar del San Ginés y la certeza de su descenso administrativo (aunque mantenga la categoría deportivamente) al no poder disputar sus partidos en unas instalaciones medio decentes en una ciudad de 200.000 habitantes (hecho denunciado hasta la saciedad, por vergonzoso, en el diario La Verdad). Es que yo no sé como no se le cae la cara de vergüenza a este concejal y a esta alcaldesa, de verdad.

En fín, menos mal que tenemos un Estadio Cartagonova cinco estrellas, donde da gusto visitar los servicios, todo está recién pintado y se invirtieron ¿90.000? Euros en restaurarlo para poner redes tras las porterías y no sé cuántas cosas más. Un Estadio cuyas instalaciones, además, no son aprovechadas para fines privados (como, por ejemplo, pasar consulta...) con la aquiescencia y la vista gorda de la clase política. No, no; eso sería utilizar un bien público, que pagamos todos, para un negocio particular. Y eso es delito ¿verdad?