El reto de Fran Alcoy
No descubro ningún secreto si digo que Alcoy no es precisamente el entrenador del consenso entre la afición blanquinegra. A ver, tampoco es que la haya dividido demasiado y tenga cientos de fieles defendiendo que es el entrenador ideal para el Efesé; más bien la división es entre los que piensan que se estrellará a las primeras de cambio y los que, algo más optimistas, opinan que no pasa nada por darle una oportunidad. Ante este panorama no me extraña que el valenciano -siempre diplomático- hable de estar dispuesto a convencer a los que no creen en él (cuando lo que quiere decir es que le encantaría tapar muchas bocas) y reconozca que entrenar al FC Cartagena es un "regalo" que debe agradecerle a Paco Gómez.
Yo ya me posicioné en su día entre los que piensan que, al menos de momento, no es entrenador para el FC Cartagena. Reconozco, eso sí, su valentía a la hora de bajar a la arena y pasarse por el forro las opiniones de la gente que lo ponemos a caer de un burro (máxime teniendo en cuenta que, ante un hipotético fracaso, esta vez tendrá difícil refugiarse de nuevo en labores de administración). Sin embargo, sostengo que hacen falta algo más que agallas para llevar a este FC Cartagena a buen puerto.
Para mí, el gran problema de Alcoy no es, como aseguran muchos, que ya haya demostrado no estar capacitado para dirigir al Cartagena en ocasiones anteriores (a lo mejor nos sorprende y a la tercera, partiendo desde la pretemporada, va la vencida); tampoco creo que sea determinante, como dicen otros, su evidente inexperiencia y juventud (antes al contrario, valoro muy positivamente que se trate de alguien joven y con ambición); ni siquiera creo que haya que darle demasiada importancia al hecho de que los aficionados no se muestren demasiado entusiasmados con su nombramiento (en Cartagena, contrariamente a lo que ocurre en otras plazas, la opinión del aficionado no es un factor decisivo en nada). No; todo eso, a lo sumo, puede que sean piedras en el camino, pero no son un obstáculo insalvable para nadie.
El gran problema (y gran reto a la vez) que tiene Fran Alcoy es ganarse el respeto y la confianza de los futbolistas. Y eso sí es algo que va a tener muy difícil. Se trata de un técnico que parte, ya de inicio, con la legitimidad fracturada; más que por el modo en el que ha llegado al puesto (o por sus declaraciones tras el partido de Extremadura), por culpa de su condición de chico para todo y mano derecha de Paco Gómez. Esta condición puede hacer que sea percibido por la plantilla (sobre todo por los pesos pesados) como alguien ajeno al vestuario, mucho más cercano al "patrón" que a ellos mismos; alguien que, en caso de conflicto (como cuando se los tilda públicamente de mercenarios), defenderá los intereses del jefe antes que los de los trabajadores y, en definitiva, alguien con quien pensárselo dos veces antes de decidir admitirlo en una camarilla a la que sí pertenecieron técnicos como Amaral o Juan Ignacio a pesar de las lógicas distancias que deben existir entre un entrenador y sus jugadores.
Ese, para mí, es el gran handicap que tiene Fran Alcoy como entrenador del Cartagena. Ojalá lo supere.