A parar las críticas
El sistema de Amaral, al margen de que sea mejor o peor, es difícil de asimilar por los futbolistas; o más bien incómodo. Cualquier fallo individual (un error de marcaje, una pérdida de balón o una salida en falso...) puede derivar en una ocasión clarísima para el rival y eso es una gran responsabilidad y una tensión añadida que puede afectar al rendimiento del futbolista. Sobre todo al rendimiento de los porteros cuyos fallos se hacen más evidentes a los ojos del público.
¿Dónde quiero ir a parar? Bueno, pues por un lado me gustaría que se fuera un poco menos duro con Caballero, habida cuenta de lo difícil que es jugar con este sistema (un sistema, eso sí, con el que en Mérida fue el auténtico héroe), pero por otro también me gustaría reivindicar el trabajo de Jesús Cabrero e incluso del propio David Guisado, así como su derecho a tener una oportunidad.
Estamos todavía en el primer tercio de liga. Está por ver si el equipo asimila definitivamente lo que quiere su técnico. En fín, quiero decir que se están probando cosas y quizás sea el momento de dar paso y probar a alguien distinto en la portería sin que ello suponga señalar a nadie con el dedo. En cualquier caso, y juegue quien juegue, recuerdo que necesita del aliento de la gente y no de sus reproches.