Apafrel nos informa de la posible llegada de un nuevo futbolista al Cartagena. Aunque el baile de nombres empieza a marear, sabemos que Agapito no suele equivocarse demasiado, por lo que no está de más dar alguna información acerca de este extremo procedente del San Andrés Ramón Borrell.
El catalán, de 26 años, se inició en el Granollers para pasar luego por Mataró, Lérida y Eibar (foto), equipo con el que descendió a Segunda B en la temporada 05/06. El año pasado recaló en el equipo cuatribarrado del San Andrés tras obtener la baja del equipo armero.
ACTUALIZADO: Según informa el diario La Verdad, los fichajes de Borrell, Alcántara y Toledo podrían anunciarse hoy.
Descartado este argumento, continué con el firme propósito de encontrar un motivo que verdaderamente justificara, objetivamente, el dolor de estómago que experimentaba cada vez que pensaba en la posible llegada del Granada 74 a Cartagena. Así, lo siguiente que se me ocurrió para razonar mi postura fue que el mercadeo de plazas no está bien, y que los equipos deben ganarse su derecho a militar en la categoría que sea en el terreno de juego con sus goles; y no gracias a los euros de nadie. Pero cuando creí que había conseguido mi objetivo, caí en la cuenta de que el actual FC Cartagena no nació tampoco desde la categoría más baja en su momento (Primera Regional) sino que compró la plaza del Balsicas, militante en Territorial Preferente, ahorrándose así un año en su carrera por llegar al fútbol profesional.
Para autoconvencerme de que, a pesar de todo lo expuesto anteriormente, mi actitud seguía siendo la más loable y razonable, decidí basarme en cuestiones algo más prácticas y menos espirituales. Así, me aferré a la idea de que era una insensatez darle nuestro apoyo a un equipo que, del mismo modo que hoy llegaba a Cartagena, mañana podría marcharse a otro sitio. Pero cuando recordé a Paco Gómez y sus declaraciones amenazando con llevarse el FC Cartagena ("ande" le plazca) en el futuro, comprendí que tampoco es que la permanencia del equipo actual en la ciudad esté demasiado asegurada.
En definitiva, me dí cuenta de que ambos equipos han nacido de manera algo artificial y sin arraigo social ninguno; los dos "compraron" su derecho a militar en una categoría superior sin ganárselo en el campo y ambas entidades tienen en común el encontrarse dirigidas por caballeros que, sin contar con el pueblo, pueden hacer lo que les venga en gana con ellas. Incluso llevárselas a otro lugar. Así fue como llegué a la conclusión de que nuestro equipo, el FC Cartagena, también es en cierto modo "un engendro" y que, no hay casi diferencias entre el "Balsicas" de Paco Gómez y el "Ciudad de Murcia" de Carlos Marsá; ambos son dos caras de la misma moneda.
Fue entonces cuando me abordó una especie de crisis de identidad; de desasosiego. No tenía donde agarrarme y me pregunté a qué equipo le estaba dando mi apoyo realmente (y, de paso, a qué persona). ¿Dónde está ese Club que se supone que debe representarnos a todos los cartageneros y reconciliarnos bajo su escudo? ¿Dónde se encuentran nuestras raíces y dónde quedó nuestro orgullo? ¿En qué momento nos equivocamos? Al final encontré la respuesta y me lamenté amargamente de que esta ciudad consintiera hace doce años la desaparición del viejo Efesé; el verdadero depositario de nuestras señas de identidad independientemente de quien lo dirija y el equipo por el que, al fin y al cabo, sufrieron, padecieron y lucharon nuestros mayores. Me pregunté si de haberse volcado la ciudad con el Cartagena FC, no estaríamos ya, a estas alturas, de vuelta en categoría nacional y terminé pensando que el follón que tenemos montado ahora es el justo castigo por no haber sido más serios y humildes al igual que en su día lo fueron las aficiones del Granada, el Murcia o el Oviedo (equipos que a pesar de las deudas y los descensos a tercera división, contaron con hinchadas que siempre se mantuvieron fieles).
Es la primera vez que lo digo pero yo siempre tuve cierto "cargo de conciencia" de no haber luchado más por el viejo Efesé. Como a todos los de mi generación, al pobre Cartagena FC sólo le quedó tiempo para darnos sinsabores (Getafe, Badajoz, Yecla...descenso a tercera) antes de morir deportivamente. Entonces éramos demasiado críos y no comprendíamos muy bien lo que significaba todo aquello de la retirada de la competición, ni las consecuencias que habría de traernos en el futuro. Así que, aunque dolidos, optamos por reengancharnos con el Cartagonova FC al que, por pura intuición, yo tuve la "suerte" de ir a apoyar desde Preferente en el campo de los Juncos y, por lo tanto, verlo dar sus primeros pasos.
Conforme fuí haciéndome mayor y veía lo que sucedía en otras ciudades (donde eran capaces, entre todos, de movilizarse y levantar equipos históricos al borde de la desaparición) fuí tomando conciencia de lo terriblemente humillante y vergonzoso que había sido el comportamiento de la sociedad cartagenera con el Cartagena FC. Secretamente llegué a desear que alguno de esos equipos históricos desapareciera con la esperanza de sentirme aliviado al ver que no éramos los únicos con semejante falta de orgullo y pundonor. Pero todos se salvaban a última hora gracias a manifestaciones populares, avales de última hora, apoyo empresarial o planes de viabilidad auspiciados por estamentos políticos. Mi opinión sobre mi ciudad y sus gentes se vería para siempre marcada por todos estos sucesos.
Como muchos amigos míos, para cuando fuí consciente de la gravedad de todo aquello, y del error tan tremendo que fue haber dejado morir de esa manera al viejo Efesé, ya estaba demasiado encariñado e implicado emocionalmente con el Cartagonova FC como para repudiarlo. Como digo, lo había visto nacer, ascender a tercera, fracasar en su primer asalto a la Segunda B, o triunfar la tarde del Tortosa en casa con aquel mágico 8-0 que devolvía a la ciudad a la categoría de bronce varios años después. Gestas como la victoria sobre el Murcia en la Condomina o el lleno total del estadio el día del Córdoba (a pesar de la derrota) sirvieron para que el Club se asentara un poco más en la sociedad cartagenera y nuevas caras se acercaran a las gradas del Municipal. Muchos eran viejos aficionados que no iban al fútbol desde hacía años mientras que otros, mucho más jóvenes, sólo conocían ya del viejo Efesé a través de las historias de sus padres o de sus abuelos.
Así se produjo el cambio; el relevo generacional. Sin embargo, siempre quedó en mi interior una especie de vacío, de tristeza, por todo lo que había sucedido con el Cartagena FC. Creo que por eso agradecí que el Cartagonova intentara parecerse lo máximo posible a él y recibí con los brazos abiertos detalles como el cambio en el diseño de la camiseta (de blanco a franjas blanquinegras) o que el grito de guerra ¡Efesé! ¡Efesé! volviera a las gradas del Cartagonova tantos años después.
También fue esa especie de remordimiento de conciencia, el que me impulsó a no dudarlo ni un instante cuando la continuidad del Cartagonova FC se vió amenazada el año de Luís Oliver (2003). Así, mis amigos y yo fundamos aquella temporada la Plataforma Salvemos al Cartago con la intención de concienciar al mayor número de gente de la importancia de no permitir una nueva desaparición; me aterraba la idea de que la ciudad asistiera impasible a una nueva eutanasia deportiva y que fuéramos de nuevo noticia a nivel nacional por culpa de nuestra indolencia y falta de espíritu. Si el destino del Cartagonova era desaparecer desaparecería pero, al contrario que ocho años atrás, esta vez no se podría decir que nadie movió un dedo. 9.000 firmas dieron fe de nuestro esfuerzo y sirvieron para respaldar (aunque sólo fuera simbólicamente) la petición de Gómez López a la Federación de que precipitara la salida de Oliver del Cartagonova.
Todas las aventuras y padecimientos vividos con La Plataforma hicieron que mi identificación y la de muchas personas con el Cartagonova fuera ya total. Ya lo sentía como algo propio; lo había visto nacer, caer en desgracia y salvarse. Todo en primera línea e incluso formando parte de ello. El vacío producido por la desaparición del viejo Efesé estaría ahí siempre y decidí que, simplemente, aprendería a vivir con él. Además, había resurgido en Regional a nivel aficionado y siempre podría ir a verlo de vez en cuando. Ya no había lucha interna. Mi equipo era el rebautizado FC Cartagena al que, además, se le presentaba un esperanzador futuro de la mano del empresario Paco Gómez...
Me equivoqué. Cuatro años después de aquello me vuelven a asaltar las dudas. Al igual que ha hecho con las rayas de la camiseta, Paco Gómez ha arrancado de mi pecho la certeza de que el FC Cartagena es el equipo de todos los cartageneros y, aunque siempre lo llevaré en mi corazón, la posibilidad de que llegue un nuevo Club a la ciudad y las paradojas que esto plantea, me han llevado a replantearme si mi verdadero equipo no será el que el otro día perdió 9-0 frente al FC Cartagena y juega los domingos en el Polígono. De momento ya he tomado la firme decisión de abonarme también a ese histórico Efesé. Después de todo, estamos en deuda con él. Si algún día resurgiera y lo comprara un empresario sin escrúpulos, al menos me estaría desvelando con razón por el equipo que conserva nuestras raíces, y no por el juguete engendrado por alguien que lo utiliza para su propio beneficio y pasatiempo.
Además, el adeudo del viejo Efesé es incluso inferior al del actual FC Cartagena (tributario de Paco Gómez hasta el fin de los días) y deportivamente sólo los separan dos categorías. Creo recordar que la deuda urgente con AFE (que le permitiría jugar de nuevo en Segunda B si asciende deportivamente), no llegaba ni a los 40 millones. ¿Cuánta gente volvería al estadio si resurgiera el Efesé? Soñar es gratis...
Y por último la noticia curiosa del día: Marsá inicia una huelga de hambre en la puerta del Ayuntamiento de Granada en protesta por no poder utilizar Los Cármenes. Yo creo que Paco Gómez también debería iniciar una en la puerta del Ayuntamiento de Cartagena para que le dejen edificar rascacielos en Peñarroya de una puta vez. Inténtalo Paco, desde efesemania nos comprometemos a pasarte chuletones por las noches sin que nadie se entere...
Durante el día de ayer, además, leo también unas declaraciones en el diario El País del alcalde de Motril, José García Fuentes: en las que afirma que "No hay ningún compromiso de ningún tipo y Carlos Marsá tiene libertad para negociar con otras opciones que maneja, como Cartagena o Sevilla" en las que como podeís comprobar, aparece el nombre de nuestra ciudad por primera vez en un medio nacional como candidata a sede del impopular equipo de Marsá.
Y por la noche, después de darle vueltas a la cabeza, y cuando estaba percibiendo ya esa sensación de calma chicha que puede ser antesala de la noticia, me llega un nuevo rumor que dice que el propio Carlos Marsá en persona se encuentra en Murcia y podría estar manteniendo reuniones con dirigentes autonómicos para negociar su posible desembarco en Cartagena; negociaciones en las que se estaría hablando de cosas como las ayudas con las que contaría el equipo o el número de temporadas por las que Marsá se compromete a no mover el Club de la ciudad.
Marsá tiene hasta el próximo martes para encontrarle sede a su equipo de fútbol que ya se encuentra entrenando a las órdenes del técnico Antonio Tapia. Recordemos que le han dado calabazas en Granada, Linares, Toledo, Triana y que con Motril y Molina está encontrando alguna que otra dificultad. El tiempo se le echa encima y parecía raro que el destino "natural" de el Ciudad de Murcia (desde un punto de vista objetivo Cartagena lo es) no hubiera aparecido aún en las quinielas; el equipo seguiría en la misma territorial, podría seguir utilizando los mismos campos de entrenamiento del año pasado, conservaría sus bases, hay cartageneros en su organigrama y, para colmo, hasta el calendario (el Ciudad empieza fuera y el Cartagena en casa con el Jaén) viene perfecto para poder compartir el uso del Estadio Cartagonova como ocurre en Alicante o hasta hace poco en Murcia.
De ser cierto todo esto se podría producir una hecatombe en el panorama futbolístico de Cartagena, sobre todo si tenemos en cuenta (os lo recuerdo) que las elecciones a la Presidencia del FC Cartagena son este mismo mes de agosto y que Paco Gómez, en principio, tiene que presentarse como candidato a la reelección; su reacción ante una noticia de este calibre sería del todo imprevisible.
Personalmente temo que después de haber contado con el rechazo social de sus gentes en todas las ciudades donde ha intentado colocarse, el Granada 74 no encuentre demasiada oposición en Cartagena y termine poniendo el huevo. Diría muy poco de mis conciudadanos y nos haría acreedores de las antipatías de buena parte de los aficionados de otros equipos sensibilizados con el tema del mercadeo de plazas. Estamos en un momento clave en la historia de nuestra liga en el que están teniendo lugar los primeros escarceos relacionados con este tema y sería muy triste que, cuando desde todos lados se está pidiendo unanimidad a la hora de condenar este tipo de prácticas con la intención de que se reconsidere la Ley, aparezcamos los cartageneros y abramos, sin prejuicios, un peligroso melón que puede marcar un antes y un después en la forma de concebir el fútbol profesional en nuestro país.
Esperemos que sólo sea un rumor...
4.-Por lo demás, mi opinión es bien conocida por todo aquel que me haya seguido mínimamente. Mi crítica no es gratuita, no obedece (como digo) a nada personal, y no busca hacerle daño a nadie. Busca defender al Cartagena, que es el único cuyos intereses nadie está defendiendo en toda esta historia. Para mí la permanencia de Paco Gómez en Cartagena significa un proyecto muerto, sin alma, que sacrifica la dignidad de un Club que ocupa un lugar importante en el orden de los afectos de muchos cartageneros. Paco Gómez es el bien y el mal del Cartagena. Pero, desgraciadamente, tras cuatro años observando su gestión, para mí ha quedado claro que pesa mucho más lo negativo que lo positivo. Contrariamente a lo que dice todo el mundo, "gracias a Paco Gómez NO tenemos fútbol en Cartagena". Al menos fútbol tal y como yo lo entiendo. Prefiero un Club mucho más modesto, militante incluso en una categoría inferior, con tal de recuperar nuestras señas de identidad (que van mucho más allá de los colores de la camiseta). Y partiendo de esa base (la de que para mí, la estancia de Paco Gómez representa la condena a muerte del Efesé) se debe entender mi crítica hacia su gestión y lo afilado de mis comentarios. Sí, lo digo bien alto; Mis deseos son que Paco Gómez desaparezca de aquí cuanto antes mejor y soy libre de expresarlo. Yo no pienso en términos de corto plazo (el próximo fichaje, la primera jornada de liga, o la próxima temporada...) sino en el largo plazo; y con Paco Gómez, en ese largo plazo, sólo veo fracasos, faltas de respeto y más fracasos.
Yo no tengo miedo a desapariciones que ya hemos vivido y contra las que he luchado y, por lo tanto, aunque muchos se lleven las manos a la cabeza, no me asustaría la perspectiva de un par de años sin fútbol en la ciudad con tal de que se sanee el Club, se recuperen los viejos valores y se vuelva con más brío. Además, el vuelo de "El Paloma" no tiene por qué significar la desaparición de nada; ya se vería. Seguramente, si mucha gente lograra liberarse de ese miedo a qué pasaría si se fuera Paco Gómez pensaría del mismo modo; intentadlo. El miedo paraliza y en este caso, además, está acabando con nuestro amor propio.
ACTUALIZADO: Según adelanta el diario La Verdad, la secretaría técnica del Cartagena ha anunciado el fichaje de Juvenal.
Y luego, en el blog hermano de gotocartago, me gustaría dar publicidad a dos de sus últimas noticias. La primera habla del lamentable estado de las obras de la futura (eterna, diría yo) piscina municipal cubierta proyectada para la Urbanización Mediterráneo.
El FC Cartagena ya ha hecho públicos a través de su página web tanto el cartel oficial de la campaña de abonos como los precios de los mismos que a continuación os detallamos. El cartel bueno es el de la izquierda; el de la derecha es un fake hecho con mala uva, así que ojalá le de un dolor de muelas a su autor. En cualquier caso ambos conservan cierto parecido con este otro cartel presentado por el Lorca para su propia campaña de abonos. Desde el FC Cartagena aseguran que la imagen del infante estaba pensada desde hace un año y que la coincidencia con el equipo blanquiazul ha sido pura mala suerte así que no seais retorcidos; los niños suelen ser un motivo recurrente en este tipo de campañas. Además, el niño del Cartagena es más salao, creo yo.
Hablando en serio, la imagen es bastante bonita y esperemos que ayude a superar los 16356 abonados. Os recuerdo que las peñas tienen un 30% de descuento.